Yerma, la protagonista de la obra, es un personaje complejo desde una perspectiva psicológica. Su deseo abrumador de ser madre la consume y la lleva a experimentar una profunda angustia. La presión social y cultural de su entorno, que valora la maternidad como el propósito principal de la mujer, intensifica su conflicto interno. 

A lo largo de la obra, se puede observar su evolución psicológica, desde la esperanza y el deseo inquebrantable hasta la desesperación y la obsesión. El personaje de Yerma representa la lucha entre sus deseos individuales y las expectativas impuestas por la sociedad.

María, la hermana de Yerma, interpretada por Leire Orbe, también juega un papel psicológico importante en la obra. María es un personaje contrastante, ya que representa la liberación de las expectativas tradicionales de la sociedad rural en cuanto a la maternidad. Desde una perspectiva psicológica, María simboliza la rebeldía contra las normas sociales y un intento de buscar su propia identidad y deseos, que contrastan con los de Yerma. Su conflicto psicológico surge de su deseo de ser libre y diferente a su hermana.

Dolores y Victor son otros personajes que aportan aspectos psicológicos a la trama. Dolores, la vecina cotilla, representa la presión social y el juicio constante que experimenta Yerma, lo que influye en su estado emocional. Por otro lado, Víctor, el joven y apuesto pretendiente de Yerma, refleja la atracción sexual y la tentación, lo que genera un conflicto emocional y psicológico en el personaje de Yerma.

En "Yerma", Lorca utiliza a estos personajes para explorar temas psicológicos profundos, como la presión social, la lucha por la identidad y el deseo de realización personal. 

Cada personaje aporta una capa adicional a la compleja trama psicológica de la obra, lo que la convierte en un poderoso estudio de la psicología humana en un entorno cultural y social específico.